A continuación, te presentamos las partes del libro, y después podrás leer el índice completo.
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El libro está compuesto de varias partes, que muestran cada uno de los aspectos fundamentales ue influyen en el deseo sexual.
A su vez, cada parte está dividida en varios artículos, donde se profundiza en cada tema.
Antes de comenzar a hablar de deseo sexual, es conveniente conocer los datos sobre las conductas sexuales. Para ello, analizaremos diversas encuestas y estudios científicos que nos ilustren.
Claro, los encuestados pueden mentir en un tema tan proceloso como éste. A veces para no quedar mal ante los amigos, o para impresionar al entrevistador/a. Pero será mejor tener datos, aunque no sean 100% fiables.
En una pareja ideal, el deseo sexual fluye abundante y armoniosamente entre los enamorados, pero al cabo el tiempo, la intoxicación de hormonas va dejando paso a la normalización. Ya no necesitas imperiosamente estar cada segundo de tu vida junto a (y encima de) tu amado/a, y la limerencia se va alejando a la par que se acerca la monotonía.
El deseo puede ser un problema para la pareja, a veces por su carencia (o ausencia), pero también por su exceso. En realidad, el conflicto surge cuando existe disparidad entre las necesidades de sexo de ambos miembros de la pareja.
Es decir, la frecuencia de contacto sexual deseada. En relaciones heterosexuales, es a menudo el hombre el que siempre tiene ganas, mientras que a su mujer siempre le duele la cabeza. Ni siquiera la aspirina ha logrado igualar las necesidades de chicos y chicas.
Primero hablaremos de algunas de las causas de la falta de deseo: la crisis económica, el estrés, el retorno tras las vacaciones. Pero no sólo hay causas emocionales: la insuficiente lubricación vaginal desanima al coito.
Pero también los hombres sufren falta de deseo en ocasiones, y sus chicas suelen vivirlo como una amenaza: comienzan a pensar que están perdiendo atractivo, se ven más michelines o celulitis, y en su cerebro remultiplican las patas de gallo, aunque el espejo no esté de acuerdo con esa impresión.
En la era del metrosexual, los varones también se depilan, también se cuidan y se dan creas hidratantes. Y comienzan a dudar de ser lo suficientemente atractivos como para iluminar el espacio que pisan, y atraer irremisiblemente a las hembras que gozosamente les contemplan.
Pasamos después a tratar largo y “tendidos” de la falta de deseo, sus causas, efectos, diagnóstico y algunos de sus tratamientos.
Entre los efectos negativos de la desigual frecuencia del deseo sexual están: el riesgo de infidelidad, el uso de la negativa al sexo como medida de presión, y, la más extraña: la posibilidad de ser denunciado por tu pareja alegando incumplimiento del débito conyugal.
Pero también el exceso de deseo es fuente de problemas; tener cientos de orgasmos cada día o ser adicta a los juguetes sexuales puede acarrear disgustos en el entorno familiar o laboral.
En el amor y en el sexo, nos educamos según lo que hemos vivido. Y no siempre nos hemos preocupado lo suficiente de verificar nuestras fuentes de información.
Desde los mitos del amor eterno, del príncipe azul y de los orgasmos simultáneos (que haberlos halos, pero no tan a menudo como salen en el cine), hasta la generalizada creencia de que el deseo debe acabar a cierta edad, o tiene fecha de caducidad, como los yogures.
Analizaremos la imagen sesgada que los medios de comunicación trasmiten sobre la aventura del corazón (y los genitales), y discutiremos cuáles de sus mensajes son acertados.
Difícil será provocar deseo al otro si no sabemos qué es lo que le gusta y qué lo que provoca su disgusto. La sexóloga Carmen López Sosa nos cuenta lo que hacen las jóvenes para seducir a los chicos que les interesan. Pilar Cristóbal se centra en los aspectos que agradan a las mujeres de los hombres (y viceversa).
¿Es la diferencia de edad un factor importante en una relación de pareja? ¿Es importante tener dinero o buna posición social para resultar atractivo/a?
¿Qué rasgos y actitudes de los hombres son más atrayentes para las mujeres? Algunos afirman que las mujeres prefieren como maridos a hombres buenos, estables y con una buena situación socioeconómica; esos factores le aportan seguridad para ella y sus hijos. Sin embargo, buscarían a hombres guapos y un poco “canallas” para divertirse y disfrutar de una “noche loca”.
El olor es nuestro sentido más primitivo, y ejerce una poderosa influencia sobre el sex-appeal de hombres y mujeres. No en vano nos gastamos una millonada en perfumes, y es uno de los regalos preferidos de las fiestas navideñas y el día de los enamorados.
Los hombres de anteriores generaciones se esforzaban por ser viriles y transmitir fuerza y confianza (al fin y al cabo, las mujeres buscaban en ellos protección y cobijo emocional y económico). La liberación de la mujer y su incorporación al mundo laboral les ha permitido ganarse la vida por sí mismas (crisis económica mediante), y los hombres han comenzado a necesitar ser atractivos físicamente para “comerse un rosco”.
Cada vez más hombres acuden a las clínicas de cirugía estética para retocarse esto o aquello. Y cada vez reciben más atención mediática los concursos de belleza para hombres (el paralelo a las competiciones de misses). Y cada vez hay más listas de guapos y guapas en la prensa.
Para terminar esta sección, tenemos tres divertidos artículos: primero nos preguntamos si las voluptuosas chicas que responden a los teléfonos eróticos no estarán en bata, con lencería de lana y los rulos puestos, dando el biberón y quitándole los mocos a su bebé mientras ponen esa voz tan seductora y te dicen eso de “me estás volviendo loca Pepe”, seguido de una impactante medición de la extraordinaria humedad de sus partes pudendas.
En segundo lugar, analizamos si emborrachar un poquito a alguien nos puede ayudar a ligárnoslo, y terminaremos con un caso clínico: el ecuatoriano que liga más que todos los James Bond juntos, y ha preñado a la mitad de las mujeres de su pueblo. ¿Qué tendrá él que no somos capaces de ofrecer los demás?
La otra cara de la seducción es la negativa: aquellos rasgos o actitudes que le quitan las ganas al amante más fogoso. Si quieres provocar deseo en alguien, esfuérzate por evitar lo que le resulta repelente. Analizamos la lista de 20 factores que cada sexo odia del otro, según Pilar Cristóbal.
No todos los deseos y fantasías sexuales están admitidos por nuestra sociedad occidental (ni por otras sociedades). Si bien defendemos que cada uno se divierta como prefiera, siempre sin causar daño a otros, y sin involucrar a los menores de edad, existen ciertos deseos fuera de la norma (parafilias) que pueden resultar un tanto perjudiciales en tanto que afecten a la vida emocional o social de quienes los experimentan.
Quizá el mejor modo de abordar algunos de estas extrañas conductas y apetitos sea desde la divulgación y el humor. Salvo el triste caso de la mujer hindú que parecía ninfómana, cuando en realidad padecía una enfermedad canina.
Es probable que algunos y algunas hayan decidido comenzar el libro por este apartado, en el que se desvelan (o simplemente recuerdan) distintas formas de mejorar el deseo sexual, y, por extensión, la relación de pareja y el nivel de felicidad de ambos.
Recomendamos leer también el resto del libro, porque así apreciarás una visión más completa y global de un fenómeno que no suele ser acotado.
En primer lugar, aportamos una serie de consejos prácticos para mejorar la relación de pareja en general, que es la fuente de la mayoría de los problemas de índole sexual, y muy particularmente, de la falta de deseo (Deseo Sexual Inhibido, o DSI).
El matrimonio (y la pareja estable “sin papeles”) necesita un cuidado continuo, una intención de mantener el amor, el afecto y la pasión, que requiere cierto esfuerzo. Sólo los primeros compases de una relación funcionan bien de manera automática, cuando estamos bañados en hormonas y la limerencia alcanza récords. Después, como un coche usado, vienen los problemas de mantenimiento; si quieres disfrutar plenamente de tu relación, no olvides revisar el nivel de aceite, la presión de las ruedas y la revisión anual (especialmente, los factores de seguridad).
Analizamos algunas de las claves del libro “Deseo” de Sylvia de Béjar, cuya autora nos reta a cultivar el deseo sexual como algo consciente y deliberado, en la línea de lo que comentábamos en el párrafo anterior.
Entre las recomendaciones para mantener encendida la llama del amor (qué cursilada, por cierto), está no olvidar las fechas señaladas como el día de los enamorados, por muy comercial que sea. Pero en cualquier fecha puedes recurrir al genio de Shakespeare para enviar un apasionado SMS a tu pareja: tecnología y literatura clásica unidas a tu disposición.
Después de tratar la parte emocional, nos adentramos en la carne para evitar la monotonía, hablamos de afrodisíacos y fantasías sexuales, poderosos motores del deseo.
Además de imaginación, el sexo es diversión: juegos sexuales para dos (o más), masajes eróticos, consejos para dar placer, e higiene íntima.
Siguiendo con las ideas picantes, ¿por qué no un striptease o un burlesque?
Cada vez más parejas incorporan juguetes sexuales a sus momentos de intimidad. Además de poderosos aliados en el sexo solitario, son fuente de nuevas sensaciones cuando los maneja tu pareja (eso es un pareado, y lo demás son bobadas). No necesitas ser “raro/a” para disfrutarlos, como nos demuestra Asun, la gerente de la boutique erótica que nos explica qué hay, cómo usarlo y nos dio uno de los mejores consejos que podemos transmitirte:
“¿Por qué no jugar aunque seas adulto? Tu vida sería mucho más divertida. […]
¿Por qué no disfrutar de la sexualidad?”.
Nos complace presentarte dos apasionantes relatos eróticos que ha escrito Pey: dos visiones diferentes pero complementarias de la relación entre amor y sexo.
Además, el cantautor Juan Mari Montes nos ha honrado cediéndonos la letra de una de sus canciones donde demuestra una vez más su habilidad para conjugar palabras y emociones en un conjunto armonioso y evocador.
(en negrita, los artículos que entran en la versión demo gratuita)
INTRODUCCIONES O PRELIMINARES
AMOR y SEXO EN NÚMEROS (ESTADÍSTICAS)
CUANDO EL DESEO ES UN PROBLEMA (POR DEFECTO)
CUANDO EL DESEO ES UN PROBLEMA (POR EXCESO)
MITOS, CREENCIAS Y FALSAS ESPERANZAS
¿QUÉ NOS ATRAE?
¿QUÉ NOS REPELE?
LA GENÉTICA DEL DESEO
EXTRAÑOS DESEOS (parafilias)
DSI (Deseo Sexual Inhibido): SOLUCIONES
COLABORACIONES
BIBLIOGRAFÍA
